Sobre el gato. ¿Sabías que…?

Sobre el gato. ¿Sabías que…?

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Considerado como un miembro más de la familia, en muchos países occidentales su población ya supera en número a la del perro y sigue aumentando constantemente.

 

Es un animal que siempre ha sido venerado por el hombre y ha inspirado numerosas creencias y leyendas, en parte debido a su carácter a veces imprevisible e inasequible.

 

La doctota Laetitia Barlerin, en su libro “100 ideas falsa sobre el gato” recoge numerosos consejos que pueden hacer que el día a día con tu amigo felino sea mejor. A continuación puedes leer algunas curiosidades.

 

 

  • La jerarquía social no existe para el gato, las relaciones de subordinación o dominancia tampoco. Esto afecta directamente a su educación, completamente diferente a la del perro. Un gato puede obedecer sólo si así recibe un beneficio, sea premio, caricia o juego.

 

 

  • El territorio de un gato macho que vive en el campo puede incluir más de 600 hectáreas,  frente a un máximo de 170 hectáreas que tiene la hembra.

 

 

  • Al contrario que el perro, el gato de piso no tiene necesidad de salir al exterior para orinar y defecar (usa la bandeja de arena), ni para hacer ejercicio físico (lo puede hacer en casa), ni para encontrarse con sus amigos (no es un animal de manada). Pasearlo con correa equivale a lanzarlo a  un medio totalmente desconocido donde no encuentra sus marcas olorosas y tranquilizadoras, ni puede huir.

 

 

  • El juego es una actividad esencial en los gatitos. Contribuye a su desarrollo psicomotor y les inicia en las técnicas de caza, de lucha o en las reglas sociales comunes.

 

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  • En el gato el ronroneo es un acto innato y voluntario, no es ningún reflejo. Se trata del primer sonido emitido por el gatito y lo hace desde los dos días de vida. Se debe sobre todo a una emoción intensa, sea o no agradable.

 

 

  • Aunque el riesgo de ahogamiento es escaso, vigila de cerca  tu gato cuando te des un baño. Puede caer al agua y tener dificultades para salir de la bañera a causa de los bordes deslizantes. Las piscinas también son peligrosas, a menudo el gato se cae en ellas queriendo atrapar un insecto en la superficie del agua.

 

 

  • La gravedad de las lesiones observadas en los gatos que se caen desde alturas no es proporcional al número de plantas. Todo depende del tiempo de la caída, de que el felino tenga la posibilidad de adaptar la posición en la que el impacto sobre el suelo sea amortiguado y de la superficie sobre la que cae.

 

 

  • La toma de alimentos en el gato está condicionada en principio por el aroma del alimento, seguido  inmediatamente por su gusto. Las preferencias alimentarias se definen durante su infancia, hasta los seis meses de edad. Debes alimentar al gato a libre disposición, y sólo controlar la cantidad y la frecuencia de las comidas cuando lo indique tu veterinario.

 

 

Un último consejo, “pon un gato en tu vida.»

 

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