La importancia de la vacunación en los animales de compañía
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Históricamente, el desarrollo con éxito de vacunas contra la viruela, la rabia, el tétanos, el carbunco, el cólera y la difteria, así como otras enfermedades, permitió que la población mundial tuviera un intenso incremento además de controlar y en algunos casos erradicar enfermedades que fueron durante mucho tiempo grandes azotes de la humanidad.
Esto fue posible mediante la observación de individuos que se recuperaban de una enfermedad infecciosa y se volvían resistentes a reinfecciones subsiguientes. A finales del siglo XVIII y en el siglo XIX, los intentos de reproducir este fenómeno de manera controlada, llevados a cabo por Jenner, Pasteur y Salmon, dieron el ímpetu necesario para los primeros logros de la inmunología. Se realizaron muchos esfuerzos para utilizar procedimientos similares para evitar las enfermedades animales como las viruelas ovina y vacuna, moquillo canino, cólera porcino y cólera aviar.
El término “vacunación” fue acuñado por Pasteur en honor a los primeros estudios realizados por Jenner en vacuno y se deriva de la palabra latina “vacca”, que se usa para referirse a los bovinos. Su significado es la administración de un antígeno (vacuna) a un animal, con la intención de estimular una respuesta inmunitaria de tipo protector.
Actualmente en el perro y el gato utilizamos vacunas mixtas o polivalentes, que son mezclas de las vacunas únicas. Así, en el perro las vacunas pueden desencadenar protección conjunta para enfermedades como parvovirosis, moquillo, leptospirosis, hepatitis infecciosa, parainfluenza y rabia. Se usan también vacunaciones únicas en casos como la tos de las perreras. En el gato, las vacunas polivalentes suelen incluir panleucopenia, rinotraqueítis, calicivirus y leucemia.
Es el veterinario el que elije el protocolo de vacunación para cada individuo, adaptado en cada caso a tu mascota según su edad, estado fisiológico y los riesgos a los que esté expuesta. Si bien, hay ciertos principios comunes a todos los métodos, como son no utilizar vacunas antes de las seis semanas de edad en animales que tienen anticuerpos (defensas) procedentes de sus madres, y administrar mínimo dos dosis a los individuos jóvenes antes de que cumplan las dieciséis semanas de edad.
Definitivamente el uso de vacunas en los animales de compañía permite que cuando estos se exponen a los agentes infecciosos, no manifiesten síntomas de enfermedad o sean leves, de ahí la importancia de vacunar a los animales de forma regular.
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